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25 enero, 2017

Pisos e identidades

Lo femenino y lo masculino en los espacios que habitamos.

— ¡Es mi piso y me gusta! ¡Es un piso de mujeres! ¡Ese es un piso de hombres, está sucio y huele feo! Este es lindo, muy lindo. –Serie Friends, monólogo de Rachel Green

Cuqui vs feo. Limpio vs sucio. Adornado vs despojado. En realidad los pisos dan cuenta de nuestra identidad. Claro que si en él viven mujeres será distinto de uno habitado sólo por varones. Pero cada espacio muestra la personalidad de quienes lo ocupan. A eso sumadle las tendencias.

Por supuesto, no te imaginas a Coke viviendo en un apartamento shabby chic de pies a cabeza, aunque se siente muy cómodo con ese estilo en la casa de su novia. Lo de él es más de maderas oscuras y libros por todos lados. Pero su cocina tiene que estar impecable y ser amplia y cómoda porque le gusta cocinar. Habrá que ver cómo negocian los estilos cuando den el gran salto.

Si entras al departamento de Rosario verás un estilo tan minimalista que eso y estar vacío es casi lo mismo. Pero ella viaja mucho por su trabajo y se muda constantemente. Pero si la dejas, es de lazos y colores por todos los rincones. Y de flores. Muchas flores. Sin embargo, el piso de Irene es despojado porque a ella le gusta así. Paredes blancas, madera clara. Superficies lisas. Luz. Espejos. Pocos adornos. Cuadros apoyados en el piso. Muchas fotografías en blanco y negro. Lo que conocemos como estilo danés, no sé si traído por Ikea o por usar Airbnb en nuestros viajes.

A ver, que si eres bohemio, sin duda tu piso reflejará ese manera tuya de ser. Aunque más no sea en un rincón de la casa, sobre todo si es compartida. Tus cosas y tus espacios dicen de ti. Tu manera de dejar este libro aquí, esa cigarrera allá, tu sillón de orejas que no pega con nada pero lo vienes arrastrando contigo de mudanza en mudanza. Detalles, la vida está en los detalles que nos hacen únicos. Insistir en las dicotomías, ordenado/desordenado, racional/intuitivo es querer que las personas encajen en categorías a la fuerza, más allá de que cuando entras a un piso puedes diferenciar los «toques». Por eso, es interesante leer a Jung. Él dice que en el hombre hay una parte femenina de su psique a la que denominó anima (la capacidad de entrega, la ternura, la intuición) y a la parte masculina de la psique femenina la llamó animus (la iniciativa, el movimiento, la racionalidad y la lógica). Y desde ahí celebramos los encuentros, por eso de la integración de opuestos. Sirve para la vida y para los pisos.

El nivel más profundo de comunicación no es comunicación, sino comunión. Es sin palabras… más allá del discurso… más allá del concepto. –Thomas Merton

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